Cuna de una de las más grandes civilizaciones del antiguo Perú, la cultura Nasca se desarrollo por el año 100 d.C. hasta el 600 d.C., en los actuales territorios del departamento de Ica, por el norte hasta la provincia de Cañete (Lima) y por el sur hasta la provincia de Caravelí (Arequipa), llegando inclusive hasta las zonas altas de Ayacucho. Cubriendo un territorio mayor a lo que normalmente la gente se imagina.
Fue Max Uhle quien empieza las investigaciones sobre esta cultura, dando su primer informe en 1906; basándose en las 25 tumbas de tipo Nasca, halladas por él en Ocucaje en 1901.
Los Nascas dejaron muestra de su gran avance y desarrollo a través de las famosas Líneas de Nasca, la ciudadela de barro de Cahuachi, la fina cerámica polícroma y los acueductos. La civilización Nasca adoraba a Dios Kon (creador del mundo) y otras divinidades menores como la deidad del viento y del agua.
La decadencia ocurrió hacía el año 600 d. C. Se cree que el desierto avanzó rápido a los asentamientos Nasca, y que el centro más importante de Nasca (Cahuachi) perdió su religiosidad.
Organización política y social
Nasca estaba dividida en valles con asentamientos a los extremos. Estos tenían su propia autoridad que era un sacerdote. La élite vivía en edificios piramidales cuyas habitaciones estaban hechas con adobe y muros cubiertos con una capa de yeso o cal para tapar las grietas. El pueblo residía en aldeas o en la periferia de la ciudad. Sus casas se construían colocando troncos de algarrobo que definían las paredes.
La organización social de los Nasca tuvo autoridades centralizadas constituidas principalmente por sacerdotes. Estos tenían la capacidad de organizar el trabajo comunitario y dirigir las complejas actividades ceremoniales. A su servicio tenían una gran cantidad de artesanos especializados tales como ceramistas, textileros, astrólogos, músicos y soldados, los cuales habitaban en pequeñas ciudades y centros ceremoniales, entre los que destaca el complejo de Cahuachi. En la base de la sociedad se encontraban los agricultores y pescadores, los cuales vivían dispersos en diversos puntos del territorio. Los agricultores tenían casi la totalidad de los valles, ya que así podrían desarrollar la agricultura, con más espacio y terreno fértil.
Agricultura
La economía en Nasca se basaba en la agricultura. Sus tomas se encuentran en las alturas de Nasca y toman por infiltración las aguas subterráneas para llevarlas a la ciudad. Los principales cultivos fueron: maíz, fríjol, calabaza, zapallo, yuca, maní, ají, guayaba, lúcuma, pacae, pallares y algodón. Con este último desarrollaban sus tejidos y vestimenta.
Comercio
Durante su existencia intercambió productos con diferentes culturas, construyendo así lo que sería una red de comercio entre Nasca, Warpa y otros. Con los Warpas intercambiaron productos de la sierra tales como papa y lana, plumas de la ceja de selva (para sus tejidos). A cambio de pescado, algodón y quizás su cerámica.
Avances Tecnológicos
La tecnología se desarrolló principalmente en el ámbito agrícola, ya que al ser un lugar en donde cae poca lluvia, se construyeron acueductos, canales y pozos para abastecer de agua los terrenos, y reservorios para almacenar agua. El sabio Antonio Raimondi dijo: “En el subsuelo de Nasca existe agua subterránea, pero, hallándose ésta a la profundidad de 4 o 5 metros, no puede servir para riego de los terrenos. El río, comúnmente sólo tiene agua corriente durante 40 días en el año, de manera que, por más de 10 meses Nasca carecería de agua si no fuera por los trabajos emprendidos por los antiguos indios”.